jueves, 7 de febrero de 2013

La mirada de Brasil sobre Europa


Hojeando algunos viejos artículos de periódicos me encontré con una entrevista al Ministro brasileño de Economía Guido Mantega, gran conocedor de las políticas monetarias internacionales y uno de los principales artífices del milagro económico brasileño durante el segundo mandato de Lula.
El articulo-entrevista ha sido realizado por Europa, un especial realizado en colaboración entre algunos de los periódicos más importantes de Europa (El País, the guardian, Gazeta Wyborcza, la Stampa, Suddeutsche Zeitung y le Monde) con el intento de analizar la crisis europea y como nos ven los otros paises del marco internacional (http://internacional.elpais.com/internacional/2012/10/11/actualidad/1349977044_969816.html).
Me pareció un artículo interesante por la opinión de uno de los estados que en los últimos anos ha tenido uno de los mejores crecimientos económicos y que más que nunca representa hoy una de las potencia emergentes.
El Ministro de Economía de Brasil contesta a preguntas como: “¿cuál es su opinión sobre las medidas empleadas para luchar contra la crisis?”, ¿encuentra aceptable la actitud de Alemania ante la crisis?, ¿Qué recetas brasileñas se podrían poner como ejemplo para resolver la crisis europea?.
Lo que, según mi opinión, se subraya en la entrevista es como Europa está buscando soluciones a largo plazo, pero ya vamos por el cuarto ano de crisis, y como decía Keynes “a largo plazo todo estaremos muertos”.
En este difícil momento, lo que creo sirve a Europa es definir cual será su futuro para tomar medidas eficientes a corto plazo. Las alternativas posibles son tres: 1. mantener la UE como mercado común sin moneda única y renunciando así a la integración monetaria hasta que se dé una mayor simetría de los miembros que la componen; pero considerando los altos costes de desmantelar un sistema con moneda única, parece una solución bastante impracticable.
2. Un aceleración del proceso, acompañando el proceso de integración monetaria con uno de integración política a través de la creación de una política fiscal común y una coordinación de otras área de política económica. Pero tampoco esta solución parece realizable porque necesitaría de una homogeneización de las condiciones económicas de sus miembros y una cesión de competencias políticas nacionales a instituciones comunitarias supranacionales (y los estados se han mostrado reacios a hacerlo en más de una ocasión).
La tercera alternativa, como explicado por algunos monetaristas, podría ser un escenario intermedio, es decir, la creación de un sistema híbrido que permitiría a aquellos estados con mas dificultades y que no cumplen con sus condiciones una salida temporal de la moneda común, que le permitiría recobrar el poder de la política monetaria para emprender políticas que les ayudasen a ganar competitividad internacional y reactivar su crecimiento económico. Al mismo tiempo reforzar los instrumentos comunes de disciplina fiscal, que obliguen a los estados al cumplimento de criterios económicos necesario para generar un área monetaria optima que en futuro analizarán las condiciones de los estados che están en esta situación híbrida para entrar de nuevo en el sistema de la moneda única. Habría así la creación de una área euro de dos velocidades.
Como escrito en la Declaración Shuman, precursora de la idea de una integración europea, por uno de los padres fundadores de la Union Europea en 1950: “Europe will not be made all at once, or according to a single plan. It will be built through concrete achievements which first create a de facto solidarity. It will be established through crisis...and the outcome will be the sum of those crisis.”
El proyecto de integración europea es, sin duda, una gran oportunidad, pero necesita de una profunda reflexión para ser un proyecto viable en los próximos anos.



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